
Caldo de vida o también llamado sebiche serrano, comenzó su preparación en Ambato, cuando los hacendados mandaban a matar la mejor res para que esta abasteciera de carne.
La faena se realizaba cada fin de mes y los trabajadores recogían las vísceras del animal para preparar un caldo, este vendría a llamarse caldo 31.
Si bien es oriundo de Ambato tubo una gran acogida en el cantón Antonio Ante, lo que ha provocado que varios ciudadanos estén a la espera de probar estos platos, se lo prepara para el consumo con limón y sal al gusto, sin olvidar que va acompañado de la sangre y el mote.
No se sabe exactamente cuál es su fecha de origen, pero se dice que Cristóbal Colon y su tripulación, al faenar la res, dejaban solo vísceras a los indígenas para que pudieran alimentarse.

Se cree que el caldo sirve para curar la resaca, provocada por el consumo de bebidas alcohólicas, también se da a los niños pequeños para fortalecer su intestino y estómago.
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Este plato es más consumido en los días 30 y 31 de diciembre, sin embargo, por su sabor se ha vuelto costumbre que se lo coma entre semana, gracias a los diversos locales de comida que lo ofrecen.
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